Helado tiritar entre la nieve plateada
al severo soplo del hórrido viento
correr batiendo los pies en todo momento;
Y por el soberbio castañetear los dientes;
Las cuatro estaciones de Vivaldi. Soneto para el primer movimiento de Invierno.
El compositor italiano Antonio Vivaldi dio expresión musical a cada estación del año. Le Quattro Stagioni (Las cuatro estaciones) es un grupo de cuatro conciertos para violín compuestos alrededor de 1718-1720. Fueron publicados en 1725 en Amsterdam, junto con ocho conciertos adicionales, como Il Cimento dell’armonia e dell’inventione (El concurso entre la armonía y la invención).
Vivaldi representó arroyos que fluyen, pájaros cantores de diferentes especies, un pastor y su perro ladrando, moscas zumbantes, tormentas, bailarines ebrios, partidas de caza tanto desde el punto de vista de los cazadores como de las presas, paisajes helados y cálidos fuegos invernales. El compositor expresó estas situaciones en sonetos (no está claro si fueron escritos por él mismo) que delucidaban cuál era el espíritu de cada estación que su música pretendía evocar. Los concerti, por lo tanto, se erigen como unos de los primeros y más detallados ejemplos de música con un elemento narrativo, lo que más tarde se denominó «música de programa».
Vivaldi tradujo las propias líneas poéticas directamente a la música de la página y dividió cada concierto en tres movimientos (rápido-lento-rápido) y, del mismo modo, cada soneto enlazado en tres secciones.
El astrónomo Giacomo Maraldi observó ambos casquetes polares de Marte en 1719. Los describió como «taches blanches» (manchas blancas) y notó que el casquete en el polo sur no está centrado en el eje de rotación de Marte. ¡Marte estaba inclinado como la Tierra!
En 1781, el astrónomo William Herschel determinó finalmente la Inclinación de Marte. El mismo que descubrió a Urano, midió el eje de rotación de Marte aproximadamente 24 grados (23,4 de la Tierra). Logró esta determinación basándose en su observación de la forma en que giran las características de la superficie marciana. Quedó impresionado e imaginó a Marte muy similar a la Tierra; así nació esta concepción que aún se mantiene a pesar de descubrimientos posteriores que evidenciaron fuertes diferencias entre los planetas.
“La analogía entre Marte y la Tierra es, quizás, con mucho, la mayor de todo el sistema solar. El movimiento diurno es casi el mismo; la oblicuidad de sus respectivas eclípticas, de las que dependen las estaciones, no muy diferentes; de todos los planetas superiores, la distancia de Marte al sol es, con mucho, la más cercana a la de la tierra… Entonces, si encontramos que el globo que habitamos tiene sus regiones polares congeladas y cubiertas con montañas de hielo y nieve, que sólo se derrite parcialmente cuando se expone alternativamente al sol, se me permite conjeturar que las mismas causas pueden tener probablemente el mismo efecto en el globo de Marte; que las manchas polares brillantes se deben al vívido reflejo de la luz de las regiones heladas; y que la reducción de esas manchas debe atribuirse a su exposición al sol.”
¡Desde entonces, debido a la inclinación de Marte, sabemos que tiene estaciones como nosotros!
Las estaciones marcianas son detectables a través de la migración de los casquetes polares de Marte, que siempre están ahí. Cuando es invierno en un hemisferio, en el otro es verano. La mayor parte de la atmósfera marciana está compuesta de CO2; así, el CO2 nevado se sublima en verano y va al otro lado del planeta como gas en la atmósfera, para congelarse y nevar en el otro casquete polar.
Otro factor que afecta a las estaciones es la forma de la órbita del planeta (en realidad, es la posición del Sol con respecto a la órbita del planeta). Por ejemplo, la órbita de la Tierra es casi circular, nuestras estaciones tienen casi la misma duración entre sí y en ambos hemisferios. Las diferencias son de unos pocos días. Además, la estabilidad del eje de la Tierra está controlada por nuestra gran Luna. En el caso de Marte, tiene dos satélites diminutos (Deimos y Fobos) que son incapaces de hacer algo así y la inclinación del eje de rotación de Marte alterna posiblemente decenas de grados entre sus valores extremos.
Según esto, la situación de Marte es completamente diferente. La forma de la órbita de Marte es más elíptica que la de la Tierra. La duración de las estaciones y las condiciones climáticas durante ellas dependen en gran medida de la distancia entre el planeta y el Sol, ya que varía radicalmente desde el perihelio (el punto más cercano de un la órbita de un cuerpo alrededor del Sol) hasta el afelio (el punto más lejano de la órbita de un cuerpo alrededor del Sol).
El verano del hemisferio norte y el invierno del hemisferio sur en Marte duran más de 180 soles (días marcianos), mientras que la duración del invierno del hemisferio norte y el verano del hemisferio sur es de poco más de 160 soles. La diferencia entre la primavera y el otoño es aún mayor, más 50 soles.
Otro factor crítico es la cantidad de energía solar que recibe Marte –la constante solar o la insolación solar en la parte superior de la atmósfera marciana–. En el perihelio, esta energía solar es un 35% mayor que en el afelio. Esto hace que el invierno del hemisferio norte sea corto y suave, siempre que una temperatura de unos -100°C se pueda caracterizar como suave, y el verano largo y fresco, mientras que en el hemisferio sur el invierno es correspondientemente largo y helado y el verano corto pero relativamente templado.
Dadas estas características, se considera que existen dos estaciones adicionales en el afelio y perihelio de Marte.
Primavera, verano, otoño, invierno, afelio, perihelio; sería un concierto de Seis Estaciones.
¡El soneto para el primer movimiento de invierno de las 4 estaciones de Vivaldi se puede dejar casi igual!
Helado tiritar entre la nieve plateada
al severo soplo del hórrido viento
correr batiendo los pies en todo momento;
Y por el soberbio castañetear los dientes;
El invierno sería la estación preferida para Marte.
¡También el tercer soneto de invierno podría ser experimentado por humanos caminando sobre Marte!
Allegro
Caminar sobre el hielo, y a paso lento
Por miedo a caer avanzar con cuidado;
Ir firme, resbalar, caerse al suelo
De nuevo ir sobre el hielo y correr rápido
Sin que el hielo se rompa, y se desmenuza;
Sentir que sale de las puertas herradas
Siroco, Bóreas, y todos los vientos en guerra
Esto es el invierno, pero tal, que alegría nos trae.
¡Quizás un invierno mucho más frío alrededor de -143ºC en el movimiento de Marte sería casi lo mismo que la composición de Vivaldi!
Considerando la primavera en Marte; su actividad comienza cuando el casquete polar estacional comienza a sublimarse (pasando directamente del estado de hielo al estado gaseoso). Cuando ocurre, emergen del suelo marciano rayas de hielo seco en forma de partículas oscuras.
Chorros de gas brotan a través de la capa de hielo arrastrando polvo y arena desde la superficie, mostrándose como abanicos.
En Primavera aparece en escena un protagonista muy importante: las tormentas de polvo. Las tormentas de polvo pueden surgir repentinamente durante semanas, incluso meses. Durante el verano austral, la luz del sol calienta las partículas de polvo, elevándolas a la atmósfera y creando más viento. Ese viento levanta aún más polvo, creando un ciclo de retroalimentación.
Además, las condiciones de iluminación cambian drásticamente mientras las nubes de polvo envuelven gradualmente a Marte. En el peor de los casos, el polvo en el aire bloquea casi el 99% de la luz solar.
De hecho, pequeñas tormentas de polvo pueden ocurrir en cualquier época del año. Las tormentas de polvo pueden generarse en un área del planeta y ocasionalmente convertirse en tormentas en todo el planeta.
¡Los sonetos y la música de primavera de Antonio Vivaldi implican algo muy diferente, por supuesto!
Allegro
Llegó la primavera y festejándola
La saludan los pájaros con alegre canto,
Y las fuentes con el soplo de los cefirillos
Con dulce murmullo discurren entretanto:
Vienen cubriendo el aire con negro manto,
rayos, y truenos, elegidos para anunciarla
Callando así estos, los pajarillos;
Vuelven otra vez a su canoro encanto.
Llegó la primavera y festejándolao
La saludan los pájaros con alegre canto,
Y las fuentes con el soplo de los cefirillos
Con dulce murmullo discurren entretanto:
Vienen cubriendo el aire con negro manto,
rayos, y truenos, elegidos para anunciarla
Callando así estos, los pajarillos;
Vuelven otra vez a su canoro encanto.
Largo
Y así, sobre el florido y ameno prado,
Al caro murmurar de bosques y plantas
Duerme el cabrero con el fiel can al lado.
Allegro
De la pastoral zanfoña al son festejante
Danzan ninfas y pastores en el techo amado
A la brillante llegada de la primavera.
Ninguna celebración de pájaros en Marte. Sin embargo, podemos jugar con la atmósfera alegre narrada en los sonetos de Vivaldi como si se tratara de una exuberante transformación culminante en Marte. El planeta despierta después de un invierno largo y extremadamente fuerte.
Las tormentas de polvo cubren la atmósfera como un manto oscuro sobre los cielos.
Imagine a los humanos experimentando una brisa de verano marciana. Si estuvieras parado en la superficie, sentirías el viento volando. Sonido de acordes te envuelven, te abrazan.
Las condiciones meteorológicas marcianas varían de una hora a otra, lo que provoca cambios rápidos y dinámicos en los instrumentos.
Si alguna vez se pensó que Marte era como la Tierra; uno puede imaginar la música de las 4 estaciones de Vivaldi comenzando como en la Tierra y desplazándose en estaciones marcianas con el tiempo.
Probablemente sepa que el sonido en Marte se propaga más lentamente debido a la atmósfera delgada y su diferente composición. También la velocidad del sonido depende de tonos que son diferentes de la Tierra.
Curiosamente, la presión atmosférica cambia mucho con las estaciones en Marte. Los gases expulsados en sublimación durante la primavera y el verano modifican la densidad atmosférica y por tanto las condiciones sonoras. En el otoño marciano, Marte podría volverse más ruidoso.
¡¿Te imaginas un concierto de 6 estaciones así?!